Guía de Uso

Haz del caldo de hueso un ritual diario. Toma tu taza favorita, siéntate un momento, respira profundo y disfruta de cada sorbo de manera consciente.

En solo 5 minutos, estarás nutriendo tu piel, fortaleciendo tus articulaciones y dándole a tu cuerpo los minerales y aminoácidos esenciales que necesita para funcionar en su mejor versión.

El self-care empieza desde adentro. Empieza tus mañanas con este ritual y siente la diferencia.

El caldo de hueso ya está listo para tomar, caliéntalo en la estufa (No se recomienda calentar en microondas, ya que puede afectar su composición y reducir sus beneficios), agrega unas gotas de limón para realzar su sabor y mejorar la absorción de nutrientes.

Úsalo como base para sopas, guisos y otros platillos, agregando más sabor y beneficios a tus comidas.

Para mejores resultados, incorpóralo en tu rutina diaria tomando una taza en ayunas.

Nuestro caldo de hueso está envasado al vacío, lo que garantiza su frescura y evita que se descomponga antes de abrirlo. Sin embargo, para que te sea más fácil consumirlo te recomendamos seguir estos sencillos pasos:

1. Al recibirlo, puedes mantenerlo en refrigeración si planeas consumirlo en los próximos 7 días o congelarlo para conservarlo por más tiempo.

2. Para un consumo práctico, te sugerimos dosificarlo en porciones más pequeñas antes de congelarlo. Puedes dividirlo en moldes de silicona para facilitar su uso diario y cuando este congelado vaciarlos en bolsas ziploc.

3. Cuando lo necesites, simplemente saca la cantidad que necesites y caliéntalo directamente a fuego bajo.

Al fraccionarlo y mantenerlo congelado, tendrás siempre a la mano una porción lista para disfrutar cuando la necesites.

• Cerrado: Hasta 6 semanas.

• Abierto y en refrigeración: Se recomienda consumirlo en un máximo de 7 días.

• Congelado: Hasta 1 año sin perder sus propiedades.